Buscamos en un taller de torno, viruta de acero de diferentes diámetro.
Le introducimos alambre fino en el interior de la viruta, dándole forma.
Unimos las flores con un trozo de viruta, confeccionamos una peana (de madera ó chapón fenólico).
Le hacemos taladros a la peana del diámetro del alambre e introducimos las flores. Cortamos cuatro tiras de cartón más extrecha que el grosor de la peana. Pintamos las mismas de acrílico de color plata.
Pegamos las tiras de cartón ya pintadas a la peana, con cola blanca.
Se le dá una mano de barniz, a la peana.
Se colocan cuatro lágrimas en la base de la peana, en los ángulos.
Resultado final, no huelen, pero quedan bonitas, para mi gusto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario